El cuerpo humano by Bill Bryson
autor:Bill Bryson [Bryson, Bill]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2019-12-30T16:00:00+00:00
II
Si tuviéramos que nominar a alguien como sÃmbolo del asma, seguramente no errarÃamos demasiado si optáramos por el gran novelista francés Marcel Proust (1871-1922). Pero lo cierto es que podrÃa nominarse a Proust como sÃmbolo de una gran cantidad de afecciones médicas, ya que las tenÃa para dar y vender. SufrÃa de insomnio, indigestión, dolores de espalda, dolores de cabeza, fatiga, mareos y depresión crónica. Sin embargo, más que ninguna otra cosa, era esclavo del asma. Tuvo su primer ataque a los nueve años, y la dolencia le afligió durante toda su vida. Aquel sufrimiento trajo consigo una intensa germofobia, o fobia a los gérmenes. Antes de abrir su correo, hacÃa que su asistente lo metiera en una caja sellada y lo expusiera a vapores de formaldehÃdo durante dos horas.[6] Independienâtemente de en qué parte del mundo se encontrara, enviaba a su madre detallados informes diarios sobre su sueño, su función pulmonar, su estado mental y sus deposiciones.[7] Como habrá deducido el lector, estaba algo preocupado por su salud.
Aunque quizá algunas de sus inquietudes tenÃan cierto componente hipocondriaco, el asma era bastante real. Desesperado por encontrar una cura, Proust se sometió a innumerables (e inútiles) enemas; tomó infusiones de morfina, opio, cafeÃna, amilo, trional, valeriana y atropina; fumó cigarrillos medicinales; hizo inhalaciones de creosota y cloroformo; se sometió a más de un centenar de dolorosas cauterizaciones nasales; adoptó una dieta láctea; hizo que le cortaran el suministro de gas en casa, y durante gran parte de su vida pasó el máximo tiempo que pudo al aire libre en balnearios y centros vacacionales de montaña. Nada de eso funcionó. Murió de neumonÃa en el otoño de 1922, con los pulmones agotados, cuando solo tenÃa cincuenta y un años.
En la época de Proust, el asma era una enfermedad rara y no se entendÃa bien. Hoy es común, pero seguimos sin entenderla. La segunda mitad del siglo XX presenció un rápido aumento de la incidencia del asma en las naciones más avanzadas, y nadie sabe por qué. Se calcula que actualmente en todo el mundo hay 300 millones de personas con asma, aproxiÂmadaÂmente el 5â¯% de los adultos y el 15â¯% de los niños en los paÃses donde se dispone de datos precisos, aunque las proporciones varÃan notablemente de una región a otra y de un paÃs a otro, e incluso de una ciudad a otra. En China, la ciudad de Cantón está extremadamente contaminada, mientras que la cercana Hong Kong, situada a solo una hora en tren, es una urbe relativamente limpia, dado que tiene poca industria y abundante aire fresco por estar junto al mar; pese a ello, en Hong Kong, el asma afecta al 15â¯% de la población, mientras que en la contaminada Cantón afecta solo al 3â¯%, justo lo contrario de lo que cabrÃa esperar. Nadie sabe explicarlo en absoluto.
En todo el mundo, el asma es más común en los niños que en las niñas antes de la pubertad, pero después pasa a ser más frecuente en las niñas.
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